Pasaron más de cien años desde que las obras de los autores presentados hoy fueron publicadas en los diarios americanos. Cien años y uno no puede dejar de admirar la maestría de dos de los pilares de la historia del comic. Dos genios que no dejaron su impronta solamente en el noveno arte sino que trascendieron el medio. La pintura de caballete uno de ellos, la animación el otro.
Nacido en Nueva York en el seno de una familia de músicos, Lyonel Feininger (1871-1956) partió en 1886 hacia a Alemania a estudiar arte. Al poco tiempo de llegar, comenzó a trabajar en la Academia de Arte de Berlín y en la Academia Colarossi en París. Al mismo tiempo comienza su carrera como dibujante trabajando para un amplio número de revistas alemanas, francesas y americanas.
En 1906 crea "The Kin-der-Kids" y "Wee Willie Winkie´s World" para el Chicago Tribune. Series de corta duración (poco más de 50 planchas entre ambas) pero que alcanzan para demostrar el enorme talento de Feininger quien ya se notaba interesado en el expresionismo y el cubismo. Concluido su paso por la gráfica decidió centrarse en su carrera como pintor. En 1913 expone en Berlín con Der Blaue Reiter, grupo alemán de artistas expresionistas. El resto de su vida lo pasaría en Europa en donde se desempeñaría como docente de la famosa Escuela Bauhaus.
El segundo de los pioneros es quizás el más conocido de ellos. A diferencia de Feininger, Winsor McCay era un trabajador del comic. Solía referirse a si mismo no como un artista ( y vaya si lo era!) sino como un dibujante a secas. En realidad la hiperactiva mente de Mckay no lograba mantenerlo quieto un segundo por lo que el dibujante debía producir en cantidades industriales para sentirse satisfecho. Ya sea las aventuras oníricas del pequeño Nemo, primero en el New York Herald y luego en el periódico de Hearst. Las páginas de "Dreams of a rarebit fiend". Las ilustraciones editoriales. O su incursión en el medio de la animación en donde creo joyas como Gertie el dinosaurio (1914), El naufragio del Lusitania (1918) y la inconclusa The Flying House (1921).
Nacido en Nueva York en el seno de una familia de músicos, Lyonel Feininger (1871-1956) partió en 1886 hacia a Alemania a estudiar arte. Al poco tiempo de llegar, comenzó a trabajar en la Academia de Arte de Berlín y en la Academia Colarossi en París. Al mismo tiempo comienza su carrera como dibujante trabajando para un amplio número de revistas alemanas, francesas y americanas.
En 1906 crea "The Kin-der-Kids" y "Wee Willie Winkie´s World" para el Chicago Tribune. Series de corta duración (poco más de 50 planchas entre ambas) pero que alcanzan para demostrar el enorme talento de Feininger quien ya se notaba interesado en el expresionismo y el cubismo. Concluido su paso por la gráfica decidió centrarse en su carrera como pintor. En 1913 expone en Berlín con Der Blaue Reiter, grupo alemán de artistas expresionistas. El resto de su vida lo pasaría en Europa en donde se desempeñaría como docente de la famosa Escuela Bauhaus.
El segundo de los pioneros es quizás el más conocido de ellos. A diferencia de Feininger, Winsor McCay era un trabajador del comic. Solía referirse a si mismo no como un artista ( y vaya si lo era!) sino como un dibujante a secas. En realidad la hiperactiva mente de Mckay no lograba mantenerlo quieto un segundo por lo que el dibujante debía producir en cantidades industriales para sentirse satisfecho. Ya sea las aventuras oníricas del pequeño Nemo, primero en el New York Herald y luego en el periódico de Hearst. Las páginas de "Dreams of a rarebit fiend". Las ilustraciones editoriales. O su incursión en el medio de la animación en donde creo joyas como Gertie el dinosaurio (1914), El naufragio del Lusitania (1918) y la inconclusa The Flying House (1921).
Más de cien años han pasado desde que Lyonel Feininger y Winsor McCay expandieron los límites de un medio que recién comenzaba a crecer. Más de cien años y uno no puede hacer otra cosa que admirar sus creaciones y reconocer que la verdadera genialidad rara vez envejece.
Exacto, la verdadera genialidad no envejece. La mayoría de cómics (y películas, libros, canciones...) no aguantarían un relectura ni cinco años después de haberse creado y los de estos dos señores podrán revisitarse dentro de cien años más.
ResponderEliminarEs que lo de estos dos es impresionante. Tengo el de McCay (no sé por qué lo escribes con K.. a veces lo he visto así en otros sitios, pero en los que tengo de él, siempre es McCay) de Taschen, el de las Pesadillas, sus películas. De Feininger todavía me tengo que pillar el recopilatorio que sacaron.. Lo miraba y lo miraba en la tienda de un amigo pensando "ya lo cogeré.. esto no lo pillará nadie" (estuvo meses).. y al final se lo llevaron. Ya caerá. Estupendo post, claro. Un saludo.
ResponderEliminarCoincido 100 % con tu comentario, César.
ResponderEliminarCorregido el error, David. Gracias por avisarme. Me traicionó el fanatismo por Dave McKean :)
¿Por casualidad tienes el "So many splendid sundays!" de Little Nemo?
¡Qué hermoso libro! Imposible de encajar en cualquier biblioteca. ¿Pero a quién le importa?
No. Tengo el Little Nemo 1905-1914 de Taschen. Tengo también el de Pesadillas Indigestas, que no lo encuentro pero creo que lo sacó Akal. Aquí editaron un par de vólumenes de gran tamaño que no pillé los de Norma, pero recogían los primeros años de Nemo. Me los dejó un amigo. Introducción biográfica, fotos, dibujos editoriales.. Y sí. No sabes dónde colocarlos... No sé si los cogeré algún día. Estaban muy bien, eso es cierto.
ResponderEliminarLa biografía de Canemaker no la tengo tampoco, pero me han dicho que es muy-muy recomendable (he leído otros libros suyos y me han gustado, así que me fío del consejo). Y la recopilación de Feininger.. Si algún día mejora mi situación laboral. Es uno de mis "a ver cuándo pillo..."
Un abrazo.
Dos genios... :)
ResponderEliminarhace poco vi un original de McCay de 1909, increible, en un formato gigantesco (1/2 walman), donde el leve deterioro de la tinta dejaba entrever los trazos energicos con los que rellenba los negros plenos.
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